Sábado 22 de Agosto de 2020.
Este viaje así de buenas a primeras, no tiene pinta de provocar un interesante blog, pero intentaré hacerlo lo más ameno posible.
Como decía mi madre, que era la de los dichos (mi padre era el gracioso), a cada cerdo le llega su San Martín (*), y ya llegó el momento de la partida. Se ha hecho muy largo y además se ha sumado la situación, que uno no puede hacer planes ya ni a corto plazo.
He llegado al aeropuerto sin novedad, y la verdad es que ha sido todo muy rápido. Ya traía los deberes hechos, es decir mi tarjeta de embarque en mi móvil, pero no me han pedido más documentación. He sacado la etiqueta del equipaje en una maquinita, nadie toca nada, y después he dejado el maletón y he pasado al control, que también ha sido muy rápido.
Aquí en la T4 hay muchas tiendas abiertas, alguna cerrada pero las menos. No hay mucha gente pero la poca que hay, un tanto acelerada y saltándose las recomendaciones menos la mascarilla claro, que es obligatoria. Si hacen controles de temperatura no se ven, aunque yo por si las moscas me la he tomado antes de salir de casa, 36 grados.
Creo que se puede embarcar bastante antes de la salida del vuelo, pero francamente por lo que estoy viendo, puede que me equivoque, será el lío de siempre, ya os contaré después. Bueno algo organizado si ha estado el embarque. Hemos salido con 10 minutos de antelación y hemos llegado también antes, 30 minutos!!!. Esto es la primera vez que me pasa. Buen vuelo y buen aterrizaje. Muchos niños a bordo y dos de ellos muy pequeños, se han pasado pegando gritos todo el vuelo, me han puesto dolor de cabeza. El desembarque bastante organizado, pero algún pavo que no se entera o no se quiere enterar, porque han tenido que decir 3 veces que no nos levantásemos de los asientos hasta que no estuviese despejada la fila anterior.
Salió la maleta rápido, que alivio, tengo bragas, y después a por el coche. Ni el tato había. Me han dado a elegir entre coche automático y manual y he preferido este último no sea que ..... Me han dado un Opel Crossland y la verdad que va muy bien.
El camino al hotel muy fácil, la salida del aparcamiento muy complicada. Después de dar 3 vueltas por toooodo el aparcamiento como una paleta de pueblo, he conseguido salir, pero madre mía. El hotel tiene un aparcamiento exterior que está muy bien.
El hotel es espectacular y mi habitación maravillosa, tiene hasta un vestidor por separado. Estoy en la planta quinta y las vistas son muy bonitas.
Te dan hora en los restaurantes para el desayuno y la cena. No se si habrá buffett, ya os contaré. El día ha terminado con una cena estupenda consistente en una ensalada de gambas, un plato de pasta, un entrecot y un par de postres.
Me han rogado encarecidamente que pregunte en los pueblos a donde voy, si ya tienen cubierta la plaza de tonto, si no es así, os enchufaré a algunos. Están muy solicitadas. Como me hayan grabado al salir del aeropuerto, fijo que me dan a mi la plaza.
Nota del Autor: Esta frase se os pasó, aunque tampoco cabría en la camiseta, guardarla para la celebración de los 60.
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